Alfonso Quijado Urías es un famosa poeta de El Salvador. Se dicen por muchas décadas que él “es uno de los grandes poetas contemporáneos de América Latina”. Sus poemas comparten la lucha del espíritu humano en este mundo cruel. Dicen sobre los pobres, las guerras, y la ignorancia.
El nacio 8 de deciembre de 1940 en Quezaltepeque, el Departamento de La libertad, El Salvador. Empezó su carrera literaria con buena suerte cuando tenía veinte años, más or menos. La verdad es su estillo era muy raro, porque escogió un idioma muy moderno y, a veces, obsceno. Después de publicó sus primeros poemas en periódicos diferentes, empezó recibir reconocimientos a nivel nacional. 
Cuando la guerra civil ocurría en El Salvador, él salió. En la década de los noventas llegó y demonstró sus opinas con más fuerza. Ahora muchas personas piensan que los poemas de Alfonso Urías son unas experiencias despertamientas para su espíritu. Tambien, él ha inspirado esperanzas en nuestras vidas que podemos sobrevivir las ocurriencias del mundo loco.
Algunos Poemas de sus obras incluyen:
Biografia
De tanto evocar el pasado perdiste el presente.
El que se fue, fue alguien.
Nadie el que regresó.
Nada te pertenece. Nada te ata.
¿Quién habrá de devolverte lo perdido?
A la zozobra tienes por identidad.
Sobreviviente de una patria extinta, eres de los
que vuelven rindiendo testimonio del fracaso,
del que estuvo por último al comienzo de todo.
(De: La certeza de la duda.)

NECESIDADES
Necesito a mi mamá, con edipiano amor,
sus desayunos humanísimos. La ingenua
libertad de ese niño en sus faldas
suspirando la culpa original. Aquel
domingo de misa, pan y sol y la
muchacha aquella burlándose de mi
amor tontísimo.
Necesito de Dios y su absurda existencia
para luego volverme materialista y
soñador.
Necesito de mi mal ponderada
familiaridad de padre, casarme una vez
más con la madre de mis hijos. Que me
digan lo pequeño que soy. Necesito de
veras volverme a ver en el espejo limpio
de la casa y cambiarme de ropa y salir a
esperar como un novio solemne a la
vida, esperándome. Necesito una vez más
que mi tata me pegue con los puños terribles de patriarca y que me
diga bruto, inútil, polvo de la noche
delirante y brutal.
Necesito que las gentes acudan a mi
paso. De veras necesito que me quieran.
Me besen todos los labios del mundo. Y
que me dejen, me dejen, por favor,
crecer un poco más con mi vejez de niño
atolondrado.
(De: El gran método)
Si te gusta estes poemas y quieres leer más, aquí están enlaces: